miércoles, 21 de mayo de 2025

LA EDUCACIÓN EN VALORES A TRAVÉS DEL FOLKLORE LITERARIO


 COLORÍN COLORADO, ESTE CUENTO SE HA ACABADO

LA EDUCACIÓN EN VALORES A TRAVÉS DEL FOLKLORE LITERARIO

GABRIEL MEDRANO DE LUNA

Palabras clave: valores, educación, folklore literario y cultura.

Abordar la educación en valores a través del folklore literario pareciera una propuesta desatinada, pero sabemos que las narraciones tradicionales a lo largo del tiempo han servido para estimular en los niños tanto la sociabilización y la imaginación como para que descubran su mundo y aprendan nuevos valores.

Al hablar de folklore literario me refiero al estudio de aquellos textos producto de la cultura de un pueblo, por ejemplo cuentos, leyendas, fábulas, adivinanzas, refranes y canciones. Sabemos que desde siempre los seres humanos han trasmitido sus creencias y narraciones a futuras generaciones, y estas narraciones llevan implícito un mensaje mediante el cual los abuelos podían mostrar alguna enseñanza a los niños... citemos por caso las frases “si haces esto te puede pasar esto”, “si actúas mal te va a ir mal”, “si echas mentiras se te aparece la llorona, el diablo (o el coco)”... es decir, lo que hay detrás son valores morales, familiares, cívicos y religiosos que se le están trasmitiendo a los niños para hacer de ellos mejores seres humanos.

Es trascendental retomar los textos pertenecientes al folklore literario para educaren valores, esta proposición permitirá mantener la tradición oral en las comunidades e involucrar tanto a los docentes como a los niños y sus padres con las historias y los valores de sus comunidades logrando con ello una educación más integral.

El folklore literario se refiere a “las creaciones textuales de índole popular creadas y usadas para satisfacer algunas de las funciones vigentes en las costumbres y tradiciones de un pueblo”1  esto es, al estudio de aquellos textos producto de la cultura de un pueblo, por ello la vida de esos textos del folklore es social: nacen y funcionan en un contexto social.2

El concepto folklore se define generalmente en el sentido del “saber popular”, el saber que sirve a un pueblo para llevar a cabo su vida cotidiana, el vocablo se compone de los elementos folk, que quiere decir “pueblo” y Lore, que quiere decir “conocimiento” o “ciencia”.

El folclore o la cultura tradicional están compuestos, por aquellos saberes, contrastados por el uso y la práctica, que todavía hoy ayudan al ser humano a crecer [quien] ha procurado conservar y grabar en su memoria los factores más esenciales que entraban en su composición, contribuyendo además de ese modo a entender por sí mismo la bondad o maldad de la cosa en virtud de sus resultados.

Todo ese aprendizaje basado en modelos repetitivos sigue funcionando, [...] porque ayuda al ser humano a controlar su inseguridad y a vencer el miedo que le produce lo incógnito o lo inexplicable. La existencia de todo ello y el efecto que produce esa inseguridad se constata en las narraciones antiguas que han llegado a ser cuentos [leyendas, mitos y fábulas] y también en el miedo o la admiración que esos relatos siguen despertando todavía en los niños.3

Los conocimientos y narraciones se han mantenido hasta nuestros días gracias a l tradición oral y forman parte de la memoria colectiva de los pueblos en un tiempo y un contexto específico, como bien señala Susana García Salord y Liliana Vanella “la relación entre los hombres se desarrolla en un tiempo y en un espacio determinados, es decir, son seres sociales e históricos, y en esa historicidad cada sociedad constituye valores en relación con el medio especifico en que se desarrolla su existencia”.4

Estas autoras señalan que los valores pueden mantenerse a través del tiempo por el consenso social; al igual que los textos del folklore que también pueden perdurar en tanto la gente los siga usando y trasmitiendo de generación en generación.

Cabría precisar que los valores en este texto no serán emprendidos bajo una discusión teórica partiendo de una problemática filosófica, a sabiendas que en esta disciplina encuentran su sustento, más bien se abordarán identificados con la cultura, tradición, identidad y la moral bajo una propuesta metodológica principalmente cualitativa, además de una gama de posibilidades que una óptica interdisciplinaria ofrece; por ejemplo la historia y la sociología, la primera para reconstruir el contexto sociohistórico dentro del cual los textos de la cultura adquieren significación y la para llevar a cabo el análisis de la investigación.

Sabemos que los seres humanos desde que nacen forman parte de un grupo social en cuyo seno comienzan a adquirir valores y éstos varían de una sociedad a otra; es por ello que antes de entrar a la primaria el niño ya posee ciertos valores, los cuales confronta y acumula con los que el docente le trasmite en la escuela “que es un espacio social donde el individuo reformula su propia jerarquización de valores. No quiere decir sólo que pueda cambiarla, sino que agrega, fortalece y cuestiona”5

. De ahí la importancia de utilizar al folklore literario para que el niño cuestione, acumule y fortalezca nuevos valores.

Sabemos que muchas cosas como la música o las obras de arte no adquieren valor de por sí, llegan adquirir ese valor cuando una persona o grupo social le otorga esa valía, como señala Sánchez Valle “... el valor no lo poseen los objetos de por sí, sino que éstos lo adquieren gracias a su relación con el hombre como ser social. Pero los objetos, a su vez, sólo pueden ser valiosos cuando están dotados efectivamente de ciertas propiedades objetivas”.6

Los textos del folklore literario podrían adquirir ese valor en tanto el docente le trasmita la riqueza que conllevan las narraciones, a través de los mismos se puede lograr una educación más integral donde la educación valoral pueda ser “como un proceso que necesariamente incluye el cultivo, la socialización, la enculturación y la formación”7

Un camino para facilitar lo anterior puede ser aportado por las narraciones tradicionales ya que a través de las mismas se observa una serie de valores que van implícitos en los mitos, leyendas, fábulas o cuentos.

En los mitos, la forma narrativa que subyace a la estructura de éstos, es la expresión de un código cultural, por eso para acceder a la estructura de una sociedad se puede partir de las narraciones populares. Por narraciones populares generalmente se entiende al conjunto de cuentos tradicionales, término genérico que abarca varios tipos de narraciones de tradición oral en todo el mundo y a través de ellas se pueden trasmitir ciertos valores; una narración mítica puede contar cómo comenzó el mundo, cómo fueron creados los seres humanos y los animales; cómo se originaron ciertas costumbres, ritos o algunos aspectos de las actividades humanas..8 

Otros textos pertenecientes al folklore literario son las leyendas; esta palabra procede del latín legenda y significa ‘cosas para leer, lo que habrá de ser leído’, de legere‘leer’9

. La mayoría de las acepciones sobre la leyenda coinciden en que se trata de relatos trasmitidos desde el pasado por tradición oral y pueden contener hechos históricos y/o ficticios.10 Fátima Gutiérrez divide a las leyendas en sagradas y profanas, respecto a las primeras menciona que el ejemplo más representativo son las hagiografías que se desarrollaron en el medioevo; sobre las profanas menciona que destacan las denominadas históricas. En cada nación podemos encontrar personajes que, por lo excepcionalidad de sus vidas o de sus actos, provocan la aparición de una leyenda.11 Las leyendas se diferencian de la historia formal no sólo en su estilo de presentación sino también en el énfasis y su propósito; las leyendas son como otra forma de cuento tradicional ya que tienden a adoptar fórmulas concretas utilizando patrones fijos y descripciones muy particulares de los personajes.

Por otro lado, la fábula es una breve composición literaria en verso o prosa cuyos personajes son generalmente animales u objetos inanimados; las fábulas en su forma tradicional tratan de demostrar una verdad moral que, a modo de advertencia o consejo, se sintetiza al final de la narración en una moraleja. En su estado original, es una narración en la que con fines moralistas, unos seres irracionales, y a veces inanimados, actúan y hablan como si tuvieran intereses y pasiones humanas.12 Las fábulas siempre afirman verdades morales donde no hay ningún significado oculto lo que no deja nada para la imaginación.

Los cuentos también son parte del folklore literario, se trata de un relato breve con un reducido número de personajes y que narra una historia ya sea verídica o ficticia; además tiene una trama y su texto integra e interesa rápido al lector, haciendo más fácil y amena su lectura.13 Los cuentos fantásticos son otro tipo de narraciones que forman parte del ámbito de la ficción; se desarrollan en un mundo fantástico poblado por personajes extraños y mágicos que no se consideran verídicos ni por el narrador ni por su audiencia; a pesar de que lo sobrenatural abunda en este tipo de cuentos, son pocos los que tienen que ver con los cuentos de hadas. Por lo general, los cuentos fantásticos involucran a un héroe o heroína desvalido que debe enfrentarse a diversas pruebas o llevar a cabo hazañas casi imposibles, y que gracias a la ayuda de la magia logra asegurar su derecho de nacimiento o formar una pareja conveniente; lo típico en estos cuentos es que frecuentemente comienzan con: “Érase una vez...” para terminar con “y colorín colorado, este cuento se ha acabado”.

Un estudioso de los cuentos ha sido Bruno Bettelheim;14 este autor realizó un psicoanálisis de los cuentos de hadas, indicando que no sólo es único por su forma literaria, sino porque resultan comprensibles para los niños, además, el significado profundo de estos cuentos es distinto para cada persona e incluso para la misma persona en diferentes momentos de su vida. La mayor parte de los cuentos de hadas se crearon en un período en que la religión constituía la parte fundamental de la vida por ello todos tratan directa o indirectamente, de temas religiosos; actualmente esos temas están casi en el olvido ya que los temas religiosos ya no causan asociaciones de significado universal ni personal.

Para Bettelheim este tipo de cuentos se diferencia de cualquier otra forma de literatura porque llevan al niño a descubrir su identidad y vocación, aparte de sugerirle las experiencias que necesita para desarrollar su carácter ya que en estos cuentos los procesos internos salen al exterior y se hacen comprensibles al ser representados por los personajes de una historia y sus hazañas. Un ejemplo de cómo el cuento de hadas describe al mundo consiste en el hecho de que los personajes encarnan la maldad más cruel o la bondad menos personalista; un animal sólo ayuda o sólo devora y como todos los personajes son básicamente de una postura se permite a la audiencia comprenderlos fácilmente.

Los cuentos, como los mitos, las leyendas y las fábulas, componen la literatura que ha educado a niños o adultos durante toda la existencia de la humanidad; la verdad de las narraciones tradicionales es la verdad de nuestra imaginación y no de la casualidad normal.

Para facilitar esa enseñanza que aportan dichas narraciones, convendría elaborar un corpus de textos propios de la comunidad, así el estudiante se asociará con el contenido de los textos al ser parte de su cultura e identidad y asimilará de mejor manera los valores trasmitidos a través del folklore literario. Ahora cabría preguntarnos ¿Cómo vincular la educación en valores en nivel básico a través del folklore literario?

Es importante señalar que en los programas educativos tanto de la escuela primaria como secundaria de este sistema escolar en México, se contemplan lecturas vinculadas con la tradición oral, tal es el caso de las leyendas, mitos, fábulas o cuentos tradicionales. Su inclusión tiene, además del propósito de su valoración como materia prima de la tradición oral en un contexto socio-histórico determinado, la reflexión sobre las creencias y la cultura de los pueblos.

A través de la lectura de estos textos, los estudiantes pueden identificarse con alguno de los personajes y aprender códigos morales útiles para enfrentar intuitivamente ciertas situaciones que pueden presentarse en su vida cotidiana. En este sentido, el docente tiene la posibilidad de jugar un papel importante en la educación en valores utilizando como medio las narraciones tradicionales. Su tarea, en el acto pedagógico, consistirá no sólo en favorecer que los estudiantes conozcan esos valores que forman parte de su tradición sociocultural, sino que reflexionen sobre aquellos más importantes y los incorpore a su vida personal.

Es dentro del contexto de la educación básica donde a los niños adquirirán nuevos valores que, junto con los aprendidos en el ámbito familiar y social, le permitirán alcanzar una educación más integral para afrontar nuevas situaciones que se le irán presentando a lo largo de su vida. Algo valioso es que la escuela será un espacio de aprendizaje donde el niño podrá cuestionar y reformular su propia jerarquización de valores, y acorde con su criterio sabrá no sólo cambiar los que le parezcan precarios sino acrecentar, mejorar y reflexionar sobre aquellos valores adquiridos a través de la familia, la sociedad y el maestro; de ahí nuestro interés en hacer uso de textos del folklore literario para que el niño siga descubriendo, interpretando y creando su mundo, para estimular la sociabilización y la imaginación pero sobre todo que aprendan nuevos valores vinculados con su vida cotidiana, su cultura y su contexto sociohistórico.

Para finalizar, sólo resta decir... y colorín colorado, este cuento se ha acabado.


Bibliografía

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Beltrán, Juan Mari, Díaz, Joaquín, Pelegrín Ana, y Zamora, Ángela, Folklore musical infantil, Madrid, España, Ediciones Akal 2002.

Bettelheim, Bruno, Psicoanálisis de los cuentos de hadas, Editorial Crítica, Barcelona, 1977.

Castillo, Alma Yolanda, Encantamientos y apariciones. Análisis semiótico de relatos orales recogidos por Tecali de Herrera, Puebla, México, INAH, 1994, Regiones de México.

Estébanez Calderón, Demetrio, Diccionario de términos literarios, Madrid, Alianza Editorial, 1996.

Étiennvre, Jean-Pierre, editor, La leyenda. Antropología, historia, literatura: Actas del coloquio celebrado en la Casa de Velásquez - 

La Légende. Antropologie, histoire, littérature: Actes du colloque tenu á la Casa Velásquez, 10/11-XI-1986, (Colloque franco-espagnol), Madrid, Universidad Complutense-Casa de Velàzquez, 1989,

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García Salord, Susana, Vanella, Liliana, Normas y valores en el salón de clases, México,

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Leyendas, cuentos, fábulas, apólogos y parábolas. Antología, México, Editorial Emilio Rojas, 1993.

Pérez Martínez, Herón, González, Raúl Eduardo, Editores, El folclor literario en México,

México, El Colegio de Michoacán – Universidad Autónoma de Aguascalientes, 2003.

Scheffler, Lilian, Cuentos y leyendas de México. Tradición oral de grupos indígenas y mestizos, México, Panorama, 1982.

Yurén Camarena, María Teresa, Eticidad, valores sociales y educación, México, UPN, 1995.


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