domingo, 25 de mayo de 2025

El fin del "mi mamá me mima" en la escuela.

Este año cambió la enseñanza de la lecto-escritura en primer grado. Ahora, los chicos aprenden las letras a través de asociaciones y juegos, pero demoran más en alfabetizarse.

Sandra Conte – sconte@losandes.com.ar

"Mi mamá me mima", "Papá fuma la pipa" o "Susana amasa la masa" han dejado de ser las frases a partir de las cuales los niños aprenden a identificar las letras en la escuela. Ahora, los pequeños de primer grado trabajan con rimas y cuentos y escriben palabras completas, pero es probable que les cueste decir con qué letra empieza un vocablo que no habían escuchado nunca. Los métodos de enseñanza de la lectura y la escritura han ido cambiando y hoy los padres que quieren acompañar a sus chicos en el proceso se encuentran con dificultades.

"No sé cómo ayudar a mi hijo a que estudie en la casa. Le leo un cuento y trato de que me señale una letra, pero no las reconoce en imprenta minúscula porque en la escuela trabajan con textos en imprenta mayúscula", cuenta Verónica Carletto. Su preocupación aumenta cuando compara el avance de su pequeño Jerónimo con el de la hija de un matrimonio amigo, que también va a primer grado pero de una escuela privada, donde todavía utilizan el "viejo sistema".

"Identifica bien las vocales pero no las consonantes. Le pregunté con qué letra empieza ?sacapuntas’ y me contestó que con ?a’. Y cuando le explico algo, me dice que lo confundo, pero también que quiere aprender a leer porque va a inglés y otros compañeros ya leen", continúa Verónica con desconcierto. Después, añade que la directora de la escuela le ha dicho que no se haga problema, que va a aprender y con otras madres han decidido esperar un poco para ver cómo van evolucionando sus hijos.
Las modificaciones al modo en que tradicionalmente se enseñaba a leer y escribir se empezaron a aplicar en la provincia en 2008, con el programa "Todos pueden aprender". Pero desde fines del año pasado se universalizaron a todas las primarias públicas de la provincia. En el tercer trimestre de 2012, los docentes recibieron un libro del programa "Mendoza Lee y Escribe", que incluye una guía de trabajo en el aula para los docentes encargados de alfabetización inicial. Y en mayo llegarán otros dos más.
Comprender primero

Alicia Romero de Cutropia, una de las coordinadoras del programa, explica que en el pasado se enseñaba a leer bien en voz alta y a escribir al dictado, pero muchos niños llegaban a la secundaria -y luego a la facultad- sin entender lo que leían y sin poder producir textos que les permitieran desenvolverse en su vida cotidiana. Por eso, se entendió la necesidad de modificar el enfoque.
Romero detalla que ahora los niños aprenden a entender un texto escuchando a la maestra, quien los va guiando en ciertas estrategias de comprensión. Y en forma paralela, van conociendo el sistema alfabético de escritura, a través de ejercicios que recuperan el juego. De igual manera, escriben su nombre, al principio de memoria, pero después comparan el suyo con el de sus compañeros y ven la diferencia en cómo están formados.

Es decir que antes se comenzaba con las letras y sus sonidos, pero de un modo abstracto o con oraciones que poco sentido tenían para los niños, ya que respondían a la necesidad de presentarles una letra. De ahí que se apelara a una palabra como "dedal" (¿cuántas mamás lo usan en estos días?) o una frase del tipo "mi papá fuma la pipa" (¿cuántos niños han visto a un hombre usar una?).
Desde hace unos años, el recorrido es inverso: se empieza en el texto, para que más adelante los chicos entiendan que ese continuo sonoro se compone de palabras y recién después llegar a la letra (lo más abstracto para el pequeño). Pero además, el énfasis está puesto en la comprensión y en que la lectura no sea mecánica, como también que puedan escribir textos con sentido y utilidad, por ejemplo: una tarjeta para un compañerito que no fue a clases.

Un proceso más lento

Carolina Gutiérrez es docente de primer grado desde hace 12 años y comenta que ha pasado por varios sistemas de enseñanza de la lectura y la escritura, pero el actual le encanta. La maestra señala que el hecho de trabajar con cuentos o canciones, en lugar de palabras u oraciones aisladas, hace que los chicos se interesen más. Y para ella, que trabaja en una escuela rural de Tupungato, donde las carencias económicas y de acompañamiento dificultan la tarea, que los niños se involucren y puedan estar en contacto con textos es muy importante.

Carolina aclara que también se hacen ejercicios con las vocales, con las sílabas, con la fonética, pero no a partir de palabras u oraciones aisladas, sino de un texto, que se vuelve significativo para los pequeños. Asimismo, señaló que con los niños que tienen más dificultades suelen apelar al sistema del "ma, me, mi, mo, mu" o el que mejor lo ayude. "Los resultados no se ven de inmediato, como con otros métodos, pero aprenden el todo, lo global", destaca.

Precisamente el tiempo que toma el proceso es la objeción que hace al método actual Susana Ortega de Hocevar, responsable de la subsede de la Cátedra Unesco para la Lectura y Escritura en América Latina. "El niño demora más de un año en aprender a leer y escribir cuando podría hacerlo mucho más rápido. En 5 o 6 meses debería estar alfabetizado", señaló.

La especialista indicó que conocía el programa "Todos pueden aprender" y que el marco teórico había sido elaborado por especialistas reconocidos, aunque no se tradujo en un verdadero cambio de enfoque en el aula. Pero aclaró que aún no está al tanto de cómo se implementa "Mendoza Lee y Escribe".
Ortega coincidió en la importancia de partir de los procesos de comprensión y producción de un texto, ya que la forma de enseñanza tradicional de la lectura y escritura es descontextualizada. Sin embargo, subrayó que es fundamental que, simultáneamente, los niños vayan desarrollando su conciencia fonológica (de los sonidos), grafémica (de las letras) y léxico-semántica (de las palabras y su significado).

https://www.losandes.com.ar/mi-mama-mima-escuela-711068

Edición Impresa: domingo, 28 de abril de 2013

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