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jueves, 3 de julio de 2025

Justicia para el maestro Esteban

Alberto Sánchez CervantesJul 2, 2025

El caso del maestro Canchola ha generado la solidaridad del magisterio en varios rincones del país...

Esteban Canchola Herrera es maestro de educación primaria en Mexicali, Baja California. Tiene 23 años de servicio y goza de un amplio reconocimiento profesional entre alumnos, padres de familia y colegas. También es valorado por su labor como asesor pedagógico de maestras y maestros.

A partir de 2023 su vida personal y profesional dio un viraje inesperado. El 30 de octubre, minutos antes de la una de la tarde, previo al inicio oficial de clases, un alumno de 11 años de edad, Damián, cayó y se golpeó la cabeza mientras jugaba futbol en la explanada cívica de la escuela primaria “Eucario Zavala Álvarez”. Seis días después falleció.

Los hechos

En entrevista, el maestro Héctor Lara Ochoa, secretario general del Sindicato Estatal de Trabajadores de la Educación de Baja California, lamenta la muerte del niño. Sostiene que el profesor actuó con apego al Protocolo de Protección Integral Escolar. Así lo demuestra la cronología de hechos.

Cuando el maestro Canchola se enteró del accidente atendió y revisó al niño; este no presentó malestar alguno, herida o chichón, dice Lara Ochoa. Entre el inicio de clases y el receso escolar Damián realizó las actividades escolares con normalidad.

Al final del receso el menor manifestó que tenía dolor de cabeza. Entonces, el maestro, en apego al protocolo, avisó telefónicamente a los padres de familia al tiempo que se activó el seguro escolar contra accidentes.

El menor fue entregado a sus padres a las cuatro de la tarde para que fuera trasladado y atendido en la Clínica de Especialidades Internacional, ubicada aproximadamente a 12 kilómetros de la escuela.
La atención médica insuficiente

Damián fue atendido a las 16:55, según consta en la nota de evolución expedida por la clínica. Una hora después fue dado de alta con diagnóstico de traumatismo leve, recetado con naproxeno (desinflamatorio) y paracetamol (analgésico), y los padres advertidos de acudir a emergencias en caso de que presentara síntomas de alarma.

En la clínica, además de dolor de cabeza, Damián presentó vómito en proyectil, hecho que debió alertar al personal médico que lo atendió porque es síntoma de posibles lesiones cerebrales traumáticas, pero fue dado de alta sin realizarse la tomografía que demandaba la situación clínica (durante el proceso judicial, la parte médica —contradiciendo el dicho del padre— negó que en la clínica el menor hubiera vomitado).

La madrugada del 31 de octubre Damián vomitó en casa y sufrió un desmayo. Era la una de la mañana cuando los padres lo llevaron a un nosocomio del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Habían pasado doce horas desde la caída del menor. Su muerte tuvo lugar el 5 de noviembre por traumatismo craneal, previa muerte cerebral.
Irrelevancia jurídica del protocolo de seguridad escolar

El proceso legal por la muerte del menor ha sido largo. Poco más de año y medio en que el maestro Canchola ha vivido en la zozobra.

Aunque se iniciaron dos carpetas de investigación, una por negligencia médica y otra por negligencia en la aplicación del protocolo escolar, pero solo la segunda avanzó hasta la incriminación del maestro.

El maestro Lara Ochoa comenta que el Protocolo de Protección Integral Escolar no tiene ninguna relevancia para la protección jurídica de los docentes. “Los protocolos no les interesan a los jueces. Los jueces subestiman los protocolos, para ellos son manuales que en un proceso judicial no sirven de nada porque no son ley”, afirma.

Según consta en el protocolo emitido por la autoridad educativa de Baja California, a los docentes se les delega la delicada responsabilidad de evaluar si la lesión que presenta un alumno requiere o no atención médica.

El maestro Canchola fue encontrado culpable del delito de omisión de auxilio. El Código Penal del estado impone pena de seis meses a dos años de prisión y hasta cien días multa.
¿Conflicto de interés?

La Clínica de Especialidades Internacional de Mexicali es propiedad del doctor David Cervantes Torres, padre del Oficial Mayor del estado, David Ramsés Cervantes Aguilar, funcionario que tiene entre sus atribuciones presidir el comité de adquisiciones, arrendamiento y servicios que requiere el gobierno.

La madre de Cervantes Aguilar, María del Carmen Aguilar Ceballos, es propietaria de otra empresa proveedora del gobierno del estado en el sector salud: Insumos Médicos (Insumed).

El caso del maestro Canchola ha estado en medio de este contexto de intereses familiares, económicos y políticos.
Justicia para Esteban

El caso del maestro Canchola ha generado la solidaridad del magisterio en varios rincones del país, pues maestras y maestros ven en él un precedente que puede ser perjudicial para ejercer la profesión docente ante la amenaza de ser procesado y privado de la libertad en cualquier momento.

En varios hashtag, como #TodossomosEsteban, #EstebanEsInocente y #JusticiaparaEsteban, abundan las muestras de solidaridad para el profesor. En testimonios recabados para este reportaje, docentes de Baja California expresan su sentir sobre la situación del profesor Canchola y de la profesión docente misma.

La maestra Karla, del municipio de San Felipe, dice que los protocolos son para que las autoridades se laven las manos y dejen a los docentes desarmados ante la sociedad. Afirma que en San Felipe el seguro escolar es muy deficiente.

Francisco Morales Vega, maestro en Tijuana, afirma que el caso del profesor Esteban ha causado indignación en el magisterio porque prácticamente lo hacen responsable de todo, de accidentes que forman parte del día a día de cualquier ser humano. ¿Y a nosotros quién nos protege? Dice que el caso del maestro Esteban es un parteaguas para que todos levantemos la voz para la absolución de los cargos que se le imputan. Remata con la pregunta: ¿dónde está la parte oficial para proteger a sus trabajadores?

El maestro Rodolfo López Montoya, director y maestro frente a grupo, sostiene que, en el contexto de lo ocurrido al maestro Esteban, la profesión se vive con miedo e incertidumbre, sin certeza laboral, porque no se tiene la protección necesaria, pese a aplicar correctamente los protocolos de actuación. Estamos en un trabajo de alto riesgo. Yo en mis veinte años de trayectoria profesional no había sentido miedo de ir a trabajar y ejercer mi profesión. Estamos solos, a la deriva, indefensos. Tememos que ahora sea delito o crimen ejercer nuestra profesión y, aunque se respeten los protocolos, seamos los chivos expiatorios.

Docentes de Baja California exigen la protección por parte de la autoridad ante el clima de inseguridad laboral en que viven. La maestra Yolibeth Romo, de Mexicali, sostiene que muchos maestros no están dispuestos a cerrar el ciclo escolar ni a iniciar el siguiente sin la certeza de que tendrán protección. En el caso de Esteban, no se puede responsabilizar al docente, cuando los médicos no dieron la debida seriedad y atención a los síntomas que presentaba el niño.

El maestro Jesús García de Tijuana, enfatiza: “No es posible que el profesor, sea de formación normalista o universitaria, se le pida tener conocimientos médicos para diagnosticar posibles daños físicos, internos o neurológicos; es obligación del Estado garantizar la seguridad de los niños, para esto debe proveer de personal del sector salud a todas las escuelas (enfermeras, psicólogos, nutriólogos, etcétera), pero es más fácil delegar su responsabilidad y encontrar culpables en los trabajadores de la educación”.
Julio 3, día decisivo para Esteban

El 3 de julio el maestro Esteban Canchola acudirá al juzgado para ser notificado de la sentencia que dicte el juez.

En vilo está no solo el prestigio profesional de Esteban, sino también su patrimonio, pues los padres del menor fallecido exigen 6 millones de pesos como reparación de daño.

https://profelandia.com/justicia-para-el-maestro-esteban/

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